Aquí les aconsejo una fórmula muy sana, sencilla y casera, para conseguir el efecto deseado.
Fotografías de José Romero.
Olivos |
Olivo |
Por la mañana, al levantarnos, nos mojaremos las piernas con agua fría. Luego con la toalla las secaremos lo mejor posible. Luego nos pondremos sobre la palma de las manos unas gotas de aceite de oliva, las veces que haga falta, y nos friccionaremos las piernas con el aceite, como si de un buen masaje se tratara. En la antigüedad, este sistema lo practicaban los atletas griegos y romanos.
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